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Mostrando entradas de octubre, 2019

Soraya aporta "Lo que vio Rubén Darío para escribir su Pájaro Azul"

Rubén ha salido tarde de su casa en la calle Herschel hacia los jardines de Luxembourg, con menos de medio franco en el bolsillo. Camina acelerado porque tiene cita con Antonio el poeta sevillano y Oscar el irlandés. De una pequeña iglesia, que celebra su oficio, salen unas notas que reconoce “Pie Jesu”, Faure. Es un sepelio. Sí no llevara tanta prisa habría entrado. Sigue canturreando, pero ahora camina más despacio, su canción lo ralentizan. En el escaparate de la vieja tienda de animales puede ver las nervosas manos del tendero extrayendo una jaula de alambre con un pequeño abejaruco dentro. El viejo dependiente eleva la jaula y sonriendo muestra el pequeño tesoro a una acomodada familia. Dos padres y una niña. La pequeña, con un precioso abriguito negro y un manguito de piel no hace caso del pájaro y vuelve la cabeza. El mercader, que no quiere perder su venta, invita a la pequeña a que meta la mano dentro de la jaula, pero la niña llora y grita. ¿No te gusta? Es azul

Notas de Esther sobre los cuentos de Ambrose Bierce y Rubén Darío.

Para tratar de contestar a la pregunta que nos lanzó Soraya: “¿Qué experiencia creéis que llevó a Ambrose Bierce y a Rubén Darío a escribir sus cuentos?” he leído “Azul…” de Rubén Darío, un libro de cuentos y poemas escrito por Darío a los 21 años. Todos los cuentos son maravillosos, me transportan a un mundo mágico lleno de luz y color. En el “pájaro azul” me parece reconocer al joven Darío, un joven hipersensible, como lo son los artistas, incomprendido muchas veces, tildado de loco, un joven que persigue el ideal de la belleza, del amor, de todas las cosas inmateriales que alimentan el alma, consciente de su genio pero que tiene que cargar con un cuerpo (materia) que tiene unas necesidades prosaicas. En el cuento “El velo de la reina Mab” creo que está la clave para entender los sentimientos profundos del poeta: “Yo escribiría algo inmortal; mas me abruma un porvenir de miseria y de hambre”. Creo intuir que sólo a través de los dulces sueños se ve la vida de color de