Cándido, de Voltaire - Esther
Ya que no pude estar en la última sesión donde se comentó “Cándido” de
Voltaire, voy a hacer mi pequeña aportación en el blog, ya que me ha
parecido un libro tan interesante:
En el último capítulo “Conclusión” me ha llamado la atención cuando
consultan a un derviche (entre los mahometanos, especie de monje): “¿por
qué ha sido formado un animal tan extraño como el hombre?” Y el
derviche, a modo de respuesta, les dio con la puerta en las narices.
Siendo los derviches esos místicos danzantes sufíes seguidores del
gran poeta Rumi y que derviche significa literalmente “el que busca las
puertas”, no deja de ser una ironía más del autor y me parece una
metáfora de la compleja realidad ante la que Cándido/Voltaire o
cualquiera de nosotros vivimos.
El mundo conocido es imposible de entender, entonces ¿qué podemos
hacer? poca cosa, cultivarnos nosotros, cultivar nuestra alma, tener
como objetivo ser más humanos, vivir en coherencia, desarrollar nuestros
talentos haciendo en cada momento lo mejor que sabemos, cuidar de
nuestro entorno más próximo, de nuestros seres queridos, animales,
plantas, hogar, vecinos…en definitiva poner nuestro granito de arena
para mejorar el mundo: ”Cambia tú y el mundo cambiará”.
Cándido/Voltaire dice: “tenemos que cultivar nuestro jardín”, frase
que se presta a múltiples interpretaciones…. A mí se me ocurre que el
modo de cultivar mi jardín es tratar de llenarme de belleza y
conocimiento a través de la literatura, la música, las artes en general,
conectando con la naturaleza, meditando para encontrar mi esencia,
siendo más consciente de lo que pienso, de lo que digo, buscando el
silencio siempre que sea posible (lejos del mundanal ruido)…
Aspiro a ser un jardín muy corriente, con árboles, eso sí, para que
se posen todos los pájaros que quieran, flores, plantas variadas, un
jardín con mucha luz y alguna sombra y con un manantial de agua que se
recoja en un pilón de piedra natural.
Esther.
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