Virus zombi

Lo he conseguido, todo a punto, puedo descansar tranquilo, incluso dormiré unas cuantas horas, me lo he ganado después de varios días sin dormir poniendo todo a punto.
Está todo previsto y puedo decir oficialmente que no podrán sacarme de aquí vivo y el que pretenda entrar en mi casa será recibido como se merece. Ni un solo zombi llegará a pisar mi fortaleza.
Me he gastado todo lo que tenía en la cuenta pero ha sido suficiente y estoy satisfecho. Es algo que siempre me ha llamado la atención: ¿De dónde sacan el dinero los protagonistas de las películas que compran armas y todo tipo de artilugios, incluida documentación falsa, etc?
Yo puedo decir que he gastado todo lo que tenía para hacer de mi casa una fortaleza: cámaras de vigilancia conectadas a un grabador con disco duro de 2 terabytes, puertas acorazadas y reforzadas con anclajes en la estructura, ventanas cegadas transformadas en troneras por las que vigilar y disparar si llegase el caso. Incluso he preparado trampas muy disimuladas en los dos patios, anterior y posterior, de la casa. Lo pensé mucho. Esta casa, como todas las del barrio, tiene un pequeño patio delantero, casi como si fuera una especie de recibidor, y el trasero, auténtico patio con plantas, césped, etc. Finalmente decidí que la puerta trasera la dejaría casi inutilizada pero reservándome la posibilidad de poder salir por ella como último recurso si la cosa no fuese como he planeado.
Agua, comida y recursos almacenados para aguantar mucho tiempo, incluida munición, por supuesto.
¿Cuánto tiempo tardarán en atacarme los zombis? Ni idea pero este virus que nos obliga a encerrarnos es el primer paso. Es cosa de Trump, lo sabemos todos pero nadie lo quiere decir; es un ataque para quedarse él solo con todo el planeta: puso en marcha el virus en China para que nadie le acusase y luego se transformará en la plaga que nos convertirá en zombis para matarnos los unos a los otros y quedarse él como líder de los pocos supervivientes que queden y poner en marcha su dictadura sobre el mundo.
Lo he visto venir cuando el gobierno ha pedido que nos quedemos en casa; primero lo pidió con buenas maneras, de buen rollo y en poco tiempo ya estaba la policía en las calles multando o deteniendo a todo el que veían por las calles; luego ley marcial, siempre con la excusa de evitar la propagación del virus.
Y yo mientras preparándome para hoy, no podrán conmigo.
Los vecinos de momento parecen normales, no dan muestras de ser zombis ya. He visto dos personas pasar por la calle, paseando a un perro, andaban normal, sin tropezones como suelen hacer los zombis. No tienen heridas ni manchas de sangre... Aún...
Desde el puesto de observación principal en la buhardilla veo que hay tráfico de coches, pocos, pero todavía parece haber cierta normalidad. Desconfío, es todo un montaje, sé que la epidemia zombi ya ha empezado.
Aún hay agua corriente y luz, por televisión mantienen la fachada de normalidad, incluso dicen que el virus está controlado y que pronto volveremos a la normalidad. ¡Mentira!
Hoy llamaron a la puerta, insistieron pero ni caso. Por las cámaras vi que era alguien disfrazado de cartero pero no ha colado, por supuesto. He visto la grabación varias veces, cuando se va el supuesto cartero, se ve una sombra sospechosa en el lado izquierdo, como alguien que se oculta; también veo que el cartero lleva muy abultada la chaqueta en su parte izquierda, como si llevase un arma. No les he dado pistas de que estoy aquí.
Llevo una semana y mi moral está muy alta, definitivamente no van a poder conmigo. El perro del vecino ha entrado en el jardín trasero y ha caído en una trampa, le he disparado para que no sufriera la agonía. Con silenciador, naturalmente.
Día dieciocho, Han vuelto a llamar a la puerta, alguien disfrazado para intentar pasar por el vecino, pero no he contestado. Seguramente querían utilizar la excusa del perro para que abriese la puerta, pero el cadáver del bicho sigue tirado en el patio, pudriéndose y nadie ha intentado recogerlo, puede que hayan visto las trampas.
Día veintitrés. Hoy han venido dos zombis, pese a los disfraces les he conocido claramente, eran zombis sin ninguna duda. Les he disparado y ahí están, muertos delante de la puerta. Lo hice con silenciador para no alertar a los otros zombis, tampoco soy tonto, estoy preparado pero no quiero enfrentarme a una multitud de ellos, aunque  sé que es cuestión de tiempo que me asedien. Aquí les espero.
Día veinticuatro, lo que temía, hay un montón de zombis en la puerta. Van disfrazados de policías y disimulan bastante bien su torpes movimientos. El maquillaje que tapa sus heridas es bastante aceptable. He matado a varios y se han retirado, lo que es raro en ellos porque los zombis no suelen retroceder. En las cámaras veo que entran por el patio trasero, pero se han ido porque dos han caído en las trampas y se los han llevado arrastrándoles.
El virus mutado que los ha transformado en zombis debe ser bastante evolucionado porque hoy han aparecido conduciendo coches y un helicóptero. No sabía que un zombi podría conducir un helicóptero y eso significa que pueden atacarme desde el cielo. Tengo que improvisar. Afortunadamente, tenía un bazuka y ellos no se lo esperaban. Me he cargado el helicóptero. Lo malo es que estamos haciendo mucho ruido y eso atrae a todos los que hay en todo el barrio que parecen ser muchos. Incluso los hay disfrazados de militares.
Ya. Han cortado el agua y la luz. No sé cuánto durará la batería del portátil pero seguiré escribiendo a mano mientras viva. Parece que se preparan para atacarme. Me voy a llevar unos cuantos por delante. Lo que no saben es que toda la casa está dinamitada y todo estallará cuando mi corazón se pare. ¡Morid malditos zombis!

José Luis.

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