El club de los confines

 “La perla” (Yukio Mishima)
Mis impresiones sobre el cuento: lo he tenido que leer varias veces para poder encajar todas las piezas, porque con una sola lectura no me quedaba claro al final quién tenía la perla del anillo de la señora Sasaki.
Está muy bien escrito, pero es como un rompecabezas, un tanto retorcido (como los pensamientos de las cinco mujeres).
Fiesta de cumpleaños de la señora Sasaki, 43 años. Invita a cuatro amigas, todas de la sociedad “guardemos nuestras edades en secreto” y todas de 43 años.
La señora Sasaki se había puesto un anillo con una perla engarzada, la perla se soltó y la señora Sasaki la dejó en la bandeja de la tarta de cumpleaños.
Cuando la señora Sasaki se da cuenta de que la perla no está donde la dejó empieza a buscarla con inquietud, así es que la señora Azuma, contrariada por la situación tan desagradable, confiesa habérsela tragado (confundida con las perlitas de azúcar que adornaban la tarta) pero esto es falso, como se verá más adelante. “Si hubiera sido un brillante no dudaría en devolvértelo…pero como se trata simplemente de una perla, no puedo sino pedirte perdón”. (Esto lo dice entre risas, se supone).
Este hecho aparentemente trivial desencadena una serie de mentiras por parte de las cinco amigas que me sugiere que se empieza por mentir sobre la edad y no se sabe cómo se termina… porque hasta para decir dónde se ha encontrado la perla, cada señora dice un lugar distinto al verdadero: la señora Matsumara por ejemplo le dice a la señora Sasaki al llevarle la perla más grande que ha comprado, que ha aparecido en el bolsillo de su chaqueta (en realidad apareció en su bolso).
Este cuento creo que trata sobre la falta de sinceridad, la mentira deliberada, la mentira por maldad, la mentira por hábito…la mentira, al fin y al cabo.
Al final del cuento se ve con claridad que la mentira triunfa: la señora Yamamoto se queda con la perla de la señora Sasaki. Y la señora Sasaki se queda con dos perlas que, sin ningún escrúpulo, pide a un joyero que la engarce en su anillo.
Esther.

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