EL QUIJOTE - Parte II - (Capítulos 1 hasta 19) - Esther

El Prólogo de esta segunda parte, como muy bien ha mencionado Soraya, va dirigido a Alonso Fernández de Avellaneda y también a Lope de Vega. Al primero le dice que “no se escribe con las canas, sino con el entendimiento, el cual suele mejorarse con los años”. También dice Cervantes que agradece a el autor el decir que sus novelas son más satíricas que ejemplares, pero que son buenas; “y no lo pudieran ser si no tuvieran de todo”. Y de Lope dice: “del tal adoro el ingenio, admiro las obras, y la ocupación continua y virtuosa”. (¡Qué ironía tan delicada pero contundente!).  

Capítulo I 

Destaco de este capítulo cuando el cura dice que él responde por el barbero. Y Quijote pregunta que a él quién le fía, y el cura responde: “mi profesión que es de guardar secreto”. (¿No es ironía hacia este cura en particular, tan poco discreto?). 

Capítulo III 

En este capítulo, lo ha mencionado Charo en la reunión del lunes, en boca del bachiller Sansón Carrasco se dice: “El poeta puede contar o cantar las cosas, no como fueron, sino como debían ser; y el historiador las ha de escribir, no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna”. 

Capítulo V 

Sancho habla con tanto ingenio que el traductor de la historia le tiene por apócrifo (el capítulo).

Cuando Teresa Panza dice que no le entiende, Sancho le responde “basta que me entienda Dios” (lo mismo que dice Quijote en el capítulo I). Y ahora es Sancho quien corrige a su mujer cuando usa mal las palabras, tal como Quijote hace con él desde el principio.  

Capítulo VI 

“Uno de los importantes capítulos de toda la historia” reza en el título.

Cervantes justifica su inclinación a las armas por la influencia del planeta Marte “así, que casi me es forzoso seguir por su camino (el de las armas), y por él tengo de ir a pesar de todo el mundo, y será en balde cansaros en persuadirme a que no quiera yo lo que los cielos quieren, la fortuna ordena y la razón pide, y, sobre todo, mi voluntad desea”. Leo entre líneas sus conocimientos de Astrología, su propósito de vida y su libre albedrío. 

También es muy interesante lo que dice acerca de la virtud, que “acaba en vida, y no en vida que se acaba, sino en la que no tendrá fin”, citando a Garcilaso:  

“Por estas asperezas se camina 

de la inmortalidad al alto asiento, 

do nunca arriba quien de allí declina”. 

Creo que Cervantes era un hombre muy espiritual, con un sentido transcendente de la vida. 

Capítulo VIII 

Y en particular vislumbro que habla de Jesús cuando Sancho pregunta: “¿cuál es más: resucitar a un muerto, o matar a un gigante?” Y Quijote responde: “más es resucitar a un muerto”. 

Capítulo XVIII 

Don Lorenzo, el poeta, hijo de don Diego, pregunta a Quijote: “¿qué ciencias ha estudiado?” Y éste responde: “la de la caballería andante, que es tan buena como la de la poesía, y aun dos deditos más”.  

Quijote aconseja a don Lorenzo que si quiere ser poeta que se guíe del parecer ajeno más que del propio “porque no hay padre ni madre a quien sus hijos le parezcan feos, y en los que lo son del entendimiento corre más este engaño”. 

Llama la atención en lo que llevamos de lectura, la cantidad de historias sobre locos que introduce Cervantes, que nos hace preguntarnos una y otra vez qué entendemos por locura, qué es la locura, y al hilo de estas preguntas me viene pintiparada esta frase: “No es saludable estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma” (Jiddu Krishnamurti).                                     

Esther.

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