Resumen final de El Quijote - José Luis

En primer lugar, la obsesión de Cervantes por dejar claro la falsedad y la falta de calidad de la segunda parte firmada por Avellaneda, “autor ignorante”: no entra en Zaragoza para no coincidir con lo escrito, “ni los diablos lo quieren”, según relato de Altisidora, trae a Álvaro de Tarce de testigo; aun en el lecho de muerte vuelve a insistir en ello, y hasta Sancho protesta de su retrato, “comedor y borracho”.

Otro punto a destacar, me parece, es la pugna entre la insistencia de don Quijote por que Sancho se dé los azotes que desencanten a Dulcinea y las respuestas de  éste para evitarlo: “Hay mucho que decir de eso”, “es como si te duele la cabeza y te untas la rodilla”, con la solución definitiva de azotar a los árboles.

Se ve el miedo a la Inquisición, en el pasaje de la “cabeza parlante”.

Aprovecha Cervantes la visita a las galeras para contar todo su conocimiento sobre barcos, que es mucho.

Comparación de un texto traducido con un tapiz visto por detrás, y de paso explica el funcionamiento del “negociado de los libros”.

El ardid del bachiller Carrasco para hacerle volver a casa por su propia voluntad.

La comparación entre el dormir y la muerte: “de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia.

Y el triste y rápido final: “Llevadme al lecho que me parece que no estoy muy bueno”.
Y el querer dejarlo todo claro y acabado: “Dadme albricias, buenos señores, de que ya no soy Don Quijote, sino Alfonso Quijano,...” “Yo fui loco y ya soy cuerdo”.
Siento que me estoy muriendo a toda prisa”. “Morir cuerdo y vivir loco”. Vale.

José Luis Moreno.

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